Mujer, querida mujer....

Por Erick Carpinteyro

Mi querida joven de grandes ideas capaz de ser descrita con palabras y mucho más, me haces crearte en mi mundo tan sensible a la lectura, en la parte febril a los sentimientos, tú deliciosamente bella ....

Al parecer sin duda eres la princesa de todos esos cuentos de final feliz, sin mencionar que luces mis hojas, vagas sobre mis lápices dejando parte de ti por cada trazo, en cada definición que marca el espléndido final de mi trabajo .

Si mi mente te eleva a la divinidad ¿qué más podrá pasar?, quizás me serás aun más superior inalcanzable por que sin duda te pinto más como un sueño que como una realidad. ¡Ya lo se!, yo una caricatura y tu un glorioso Dalí tan surrealista que no tienes limite, ni lo tendrás en esta mi mente, vas mucho más haya al final de la metáfora que es mi día…

¡Haaaaa! de suspiros que regalas a esta alma nostálgica de recuerdos; soñadora e incanzable vieja y de buena memoria, que a su paso deja huella de lo que fue y sigue siendo, al reencarnar no olvida sus andares, su eterno compromiso con la pena y el desamor, su orgullosa felicidad por el romántico amor pasional, sensible, única ;pero aun que nuevamente nazca pura y limpia los recuerdos no son capaces de abandonarla por que a su paso a encontrado mujeres como tu excelentes,
incitantes utopías de pecado y deseo diferentes pero guardianas protectoras de su ideología.

Muchos placeres divagan al disfrutar del perfume que me recuerda a ti aquel que me ayudo a encontrarte, despejo mi sueño y me acerco a tan magnifica mujer durante aquella madrugada solitaria y vacía, donde custodiando el vapor que sorbía a cada trago de mi café fui sintiéndote cerca tanto que pude acariciar una mejilla de tu aterciopelado rostro, mirarte y sonreírte tan curiosamente que contestaste ese pequeño gesto con un abrir y cerrar de tus ojos, ojos coquetos y sensuales, al míralos me di cuenta que ya no hubo más,” two moon in my sky”…