miércoles, 13 de enero de 2010

De artistas e imitadores…

Todos tenemos un poco

Por Yuquiabe Romero.


El transporte público es muy peculiar en la ciudad de México, cada mañana que te levantas para ir a trabajar o a la escuela en todas las avenidas importantes encuentras tráfico y por lo regular la población busca opciones para llegar a sus destinos. Esto es de saberse, pero en el trayecto puedes encontrar diversos oficios y profesiones.

Cada vez que me dirijo a la escuela en el metro, observo que una mujer joven corre con su minifalda y sus tacones, pero al ver que no hay espacio para poder viajar en el metro, salta hacia la ventanilla del vagón para que los demás usuarios la atrapen antes de que caiga al suelo, así poco a poco va desplazándose hasta llegar al centro del vagón. Es mirar la carrera de salto con garrocha combinado con estrella de rock.

Otro caso es la práctica de natación. Es otro de los oficios en el que de manera recurrente sueles encontrarte en el camino. Este ocurre mientras el vagón se encuentra completamente saturado, al grado de que los usuarios estén a punto de subirse al toldo. Haces todo lo posible por contener la respiración para no aspirar todos los aromas "nocivos" que te rodean.

También está el mimo, que tiene que hacer diversas caras y gestos para que la gente te pueda entender que vas a salir en la siguiente estación, es muy similar a poner las intermitentes mientras conduces.

Además puedes interpretar a un zombi, tienes que darle paso primero a los bolsos y mochilas antes que tú, mientras que cruzas los pies poco a poco, torcer la cara y apretar las facciones como si fuera la rana René cuando mete la boca hacia adentro cuando no le parece algo o le regañan, el siguiente paso es mover lentamente los brazos como si los tuvieras chuecos para poder llegar a la puerta.

Existe el físico culturista en el que el usuario ve que a penas se está deteniendo el metro e inmediatamente logra forzar la puerta para abrirla, como si ésta nunca tendiera a abrirse por sí sola para subir o descender pasaje. Es como si estuviéramos viendo un capitulo de el Increíble Hulk en su momento de transformación.

Los juegos de infancia están presentes también en el gusano anaranjado. En la terminal del metro, los usuarios esperan a que abra la puerta para que empiecen a correr al primer asiento disponible y el que pierda se queda parado todo el camino, como el juego de la silla, sólo que a diferencia de éste, como fondo musical tienen el sonido del cierre de puertas.

Hay gente que se cree el soñador eterno, pues durante el transcurso del camino, hay quienes parecen péndulos de reloj y se mueven de un lado a otro mientras cierran sus ojos. Suelen dormirse aún en cuclillas o detenidos en el tubo y hay quienes se ven mucho más hábiles y encuentran un lugar para recargarse, como las piernas de la chava o chavo que está de frente o al lado de él o ella, según sea el caso.

Te encuentras a cantantes, a teporochos que recién salen de una fiesta, a chavos que dicen que acaban de salir del reclusorio pero como se está reformando están vendiendo paletas, chicles o rosarios y que además viven en la calle, mientras que portan tenis, cinturón, playera y pantalón marca Dolce & Gabanna.

Los extranjeros made in México son un caso especial y es que optan por hacerle la parada al metro o que literalmente se sientan en los tubos horizontales y que además tengan esperanza en que la gente abrirá camino para que puedas descender del transporte. No tengo duda alguna de que el mexicano suele ser muy creativo e inspirado en todos los aspectos; de esta manera queda comprobado que de artistas e imitadores todos tenemos un poco.

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miércoles, 13 de enero de 2010

De artistas e imitadores…

Todos tenemos un poco

Por Yuquiabe Romero.


El transporte público es muy peculiar en la ciudad de México, cada mañana que te levantas para ir a trabajar o a la escuela en todas las avenidas importantes encuentras tráfico y por lo regular la población busca opciones para llegar a sus destinos. Esto es de saberse, pero en el trayecto puedes encontrar diversos oficios y profesiones.

Cada vez que me dirijo a la escuela en el metro, observo que una mujer joven corre con su minifalda y sus tacones, pero al ver que no hay espacio para poder viajar en el metro, salta hacia la ventanilla del vagón para que los demás usuarios la atrapen antes de que caiga al suelo, así poco a poco va desplazándose hasta llegar al centro del vagón. Es mirar la carrera de salto con garrocha combinado con estrella de rock.

Otro caso es la práctica de natación. Es otro de los oficios en el que de manera recurrente sueles encontrarte en el camino. Este ocurre mientras el vagón se encuentra completamente saturado, al grado de que los usuarios estén a punto de subirse al toldo. Haces todo lo posible por contener la respiración para no aspirar todos los aromas "nocivos" que te rodean.

También está el mimo, que tiene que hacer diversas caras y gestos para que la gente te pueda entender que vas a salir en la siguiente estación, es muy similar a poner las intermitentes mientras conduces.

Además puedes interpretar a un zombi, tienes que darle paso primero a los bolsos y mochilas antes que tú, mientras que cruzas los pies poco a poco, torcer la cara y apretar las facciones como si fuera la rana René cuando mete la boca hacia adentro cuando no le parece algo o le regañan, el siguiente paso es mover lentamente los brazos como si los tuvieras chuecos para poder llegar a la puerta.

Existe el físico culturista en el que el usuario ve que a penas se está deteniendo el metro e inmediatamente logra forzar la puerta para abrirla, como si ésta nunca tendiera a abrirse por sí sola para subir o descender pasaje. Es como si estuviéramos viendo un capitulo de el Increíble Hulk en su momento de transformación.

Los juegos de infancia están presentes también en el gusano anaranjado. En la terminal del metro, los usuarios esperan a que abra la puerta para que empiecen a correr al primer asiento disponible y el que pierda se queda parado todo el camino, como el juego de la silla, sólo que a diferencia de éste, como fondo musical tienen el sonido del cierre de puertas.

Hay gente que se cree el soñador eterno, pues durante el transcurso del camino, hay quienes parecen péndulos de reloj y se mueven de un lado a otro mientras cierran sus ojos. Suelen dormirse aún en cuclillas o detenidos en el tubo y hay quienes se ven mucho más hábiles y encuentran un lugar para recargarse, como las piernas de la chava o chavo que está de frente o al lado de él o ella, según sea el caso.

Te encuentras a cantantes, a teporochos que recién salen de una fiesta, a chavos que dicen que acaban de salir del reclusorio pero como se está reformando están vendiendo paletas, chicles o rosarios y que además viven en la calle, mientras que portan tenis, cinturón, playera y pantalón marca Dolce & Gabanna.

Los extranjeros made in México son un caso especial y es que optan por hacerle la parada al metro o que literalmente se sientan en los tubos horizontales y que además tengan esperanza en que la gente abrirá camino para que puedas descender del transporte. No tengo duda alguna de que el mexicano suele ser muy creativo e inspirado en todos los aspectos; de esta manera queda comprobado que de artistas e imitadores todos tenemos un poco.

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COLABORADORES: Yuquiabe Romero, Ludyv Vogel, Danae Herrera, Jonathan González, Lorena Soto, Famorez, Erick Carpinteyro, Etoile, Graciela Sanchez, Christian Pérez, Astrid García Quintero, Aabyé Vargas, Isaac Delgado, Richy Espinoza, Ana Lilia Chávez Maturano, Aarón Zoé Guadarrama Becerril, Mario Alavéz, Kraken TV y Adonay E. Romero.